Psicología popular
En filosofía de la mente y la ciencia cognitiva, la psicología popular, o psicología de sentido común, es una capacidad humana para explicar y predecir el comportamiento y el estado mental de otras personas. Los procesos y elementos que se encuentran en la vida cotidiana, como el dolor, el placer, la emoción y la ansiedad, usan términos lingüísticos comunes en lugar de jerga técnica o científica.
Tradicionalmente, el estudio de la psicología popular se ha centrado en cómo las personas comunes, aquellas sin capacitación formal en los diversos campos académicos de la ciencia, atribuyen estados mentales. Este dominio se ha centrado principalmente en estados intencionales que reflejan las creencias y deseos de un individuo;
Cada uno descrito en términos de lenguaje cotidiano y conceptos tales como «creencias», «deseos», «miedo» y «esperanza».
El materialismo eliminatorio es la afirmación de que la psicología popular es falsa y debe descartarse (o «eliminarse»).
Conceptos populares clave
Intencionalidad
Al percibir, explicar o criticar el comportamiento humano, las personas distinguen entre acciones intencionales y no intencionales. La evaluación de una acción como resultado de una acción intencional o circunstancias accidentales es uno de los determinantes clave en la interacción social. Otros son las condiciones ambientales o asuntos precognitivos.
Por ejemplo, un comentario crítico que se considera intencional por parte del receptor del mensaje puede verse como un insulto hiriente. Por el contrario, si se considera involuntario, el mismo comentario puede ser rechazado y perdonado.
El concepto popular de intencionalidad se aplica en el sistema legal para distinguir entre asesinato y homicidio involuntario. También se usa para distinguir entre comportamiento intencional y no intencional en varios deportes, donde las faltas intencionales se castigan con más dureza que las que se consideran no intencionales.
La importancia de este concepto trasciende casi todos los aspectos de la vida cotidiana: con estudios empíricos en psicología social y del desarrollo que exploran el papel de la intencionalidad percibida como mediador de la agresión, el conflicto de relación, los juicios de responsabilidad, la culpa o el castigo.
La literatura empírica reciente sobre psicología popular ha demostrado que las teorías de las personas con respecto a acciones intencionales involucran cuatro factores distintos: creencias, deseos, historias causales y factores habilitadores. Aquí, las creencias y los deseos representan las variables centrales responsables de las teorías populares de la intención.
Los deseos encarnan los resultados que un individuo busca, incluidos aquellos que son imposibles de lograr. La diferencia clave entre los deseos y las intenciones es que los deseos pueden ser puramente hipotéticos, mientras que las intenciones especifican un resultado que el individuo realmente está tratando de hacer realidad.
En términos de creencias, hay varios tipos que son relevantes para las intenciones: creencias de resultado y creencias de habilidad. Las creencias de resultado son creencias en cuanto a si una acción determinada cumplirá una intención, ya que «comprar un reloj nuevo impresionará a mis amigos». La habilidad consiste en la convicción de un actor con respecto a su habilidad para realizar una acción, como en «Realmente puedo pagar el nuevo reloj».
A la luz de esto, Heider postuló que las creencias de habilidad podrían atribuirse a causar que los individuos formen objetivos que de otra manera no se habrían entretenido.
Comprensión y predicción
El modelo de contexto
La psicología popular es crucial para evaluar y finalmente comprender conceptos y elementos novedosos. Desarrollado por Medin, Altom y Murphy, el Modelo de Contexto plantea la hipótesis de que, como resultado de modelos mentales en forma de prototipos y representaciones ejemplares, los individuos pueden representar y comprender con mayor precisión el entorno que los rodea.
Según el modelo, la similitud general entre el prototipo y una instancia determinada de una categoría se evalúa en función de múltiples dimensiones (por ejemplo, forma, tamaño, color). Se creó una función multiplicativa modelada después de este fenómeno.
Aquí, S (P, Ei) representa la similitud entre el prototipo y el i- ésimo ejemplo, k es el subíndice de las dimensiones (k = 1… k), y S (P, Eik) es la similitud entre el prototipo y el Es el ejemplo de la k dimensión.
Explicación
Modelo conversacional de Hilton (1990)
Dado que la psicología popular representa el conocimiento causal asociado con los procesos de categorización de la mente, se deduce que la psicología popular se emplea activamente para ayudar a la explicación de las acciones cotidianas. El Modelo conversacional de Denis Hilton (1990) se creó con esta explicación causal en mente, teniendo el modelo la capacidad de generar predicciones específicas.
Hilton acuñó su modelo, el modelo ‘conversacional’ porque argumentó que como actividad social, a diferencia de la predicción, la explicación requiere una audiencia: a quien el individuo explica el evento o acción.Según el modelo, las explicaciones causales siguen dos máximas de conversación particulares de los modelos de conversación de Grice (1975):
La forma máxima y la cantidad máxima. Grice indicó que el contenido de una conversación debe ser relevante, informativo y adecuado a la brecha de conocimiento de la audiencia. Consciente de esto, el Modelo de conversación indica que el explicador, tras la evaluación de su audiencia, modificará su explicación para satisfacer sus necesidades.
En esencia, demostrar la necesidad inherente de la comparación mental y la posterior modificación del comportamiento en las explicaciones cotidianas.
Aplicación y funcionamiento
Modelo de creencia-deseo
El modelo de psicología creencia-deseo ilustra un método en el que la psicología popular se utiliza en la vida cotidiana. Según este modelo, las personas realizan una acción si quieren un resultado y creen que se puede obtener realizando la acción. Sin embargo, las creencias y los deseos no son responsables de la acción inmediata;
La intención actúa como mediador de creencia / deseo y acción. En otras palabras, considere a una persona que quiere alcanzar una meta, «G», y cree que la acción «A» ayudará a alcanzar «G»; esto lleva a la intención de realizar «A», que luego se lleva a cabo para producir la acción «A».
Schank y Abelson (1977) describieron esta inclusión de creencias, deseos e intenciones típicas subyacentes a una acción como un «guión» por el cual un individuo simplemente está siguiendo un marco inconsciente que conduce a la decisión final de si una acción se realizará. De manera similar, Barsalou (1985) describió la categoría de la mente como un «ideal» por el cual si un deseo, una creencia y una intención estuvieran presentes, conducirían «racionalmente» a una acción determinada.
Acuñaron este fenómeno como el «ideal de la acción racional«.
Modelo de acción intencional al objetivo
La literatura existente ha corroborado ampliamente el hecho de que el comportamiento social se ve muy afectado por las causas a las que las personas atribuyen acciones. En particular, se ha demostrado que la interpretación de un individuo de las causas del comportamiento refleja sus creencias preexistentes con respecto al estado mental y la motivación del actor detrás de sus acciones.
Se deduce que recurren a las intenciones asumidas de los actores para guiar sus propias respuestas para castigar o recompensar al actor. Este concepto se extiende para cubrir casos en los que falta evidencia de comportamiento. En estas circunstancias, se ha demostrado que el individuo recurrirá nuevamente a las intenciones asumidas para predecir las acciones del tercero.
Aunque los dos componentes a menudo se usan indistintamente en lenguaje común, existe una distinción importante entre los objetivos y las intenciones. Esta discrepancia radica en el hecho de que las personas con la intención de realizar una acción también fomentan la creencia de que se logrará, mientras que la misma persona con una meta puede no necesariamente creer que la acción se puede realizar a pesar de tener una fuerte deseo de hacerlo
La predicción de objetivos y acciones, al igual que el Modelo de Creencia-Deseo, implica la moderación de variables que determinan si se realizará una acción. En el Modelo de acción objetivo-intencional, los predictores de objetivos y acciones son: las creencias de los actores sobre sus habilidades y su posesión real de las condiciones previas necesarias para llevar a cabo la acción.
Además, las condiciones previas consisten en las diversas condiciones necesarias para la realización de las intenciones. Esto incluye habilidades y destrezas además de las variables ambientales que pueden entrar en juego. Schank & Abelson plantea el ejemplo de ir a un restaurante, donde las condiciones previas incluyen la capacidad de pagar la factura y llegar al lugar correcto, además del hecho de que el restaurante debe estar abierto para los negocios.
Tradicionalmente, las personas prefieren aludir a las condiciones previas para explicar acciones que tienen una alta probabilidad de ser inalcanzables, mientras que los objetivos tienden a describirse como una amplia gama de acciones comunes.
Modelo de inferencias cotidianas
Los modelos de inferencias cotidianas capturan la psicología popular del razonamiento humano informal. Se han desarrollado muchos modelos de esta naturaleza. Expresan y refinan nuestras formas psicológicas populares de entender cómo se hacen inferencias.
Por ejemplo, un modelo describe el razonamiento cotidiano humano como combinaciones de reglas simples y directas y procesos basados en similitudes. De la interacción de estos mecanismos simples, surgen patrones de razonamiento aparentemente complejos. El modelo se ha utilizado para dar cuenta de una variedad de datos de razonamiento.
Controversia
La psicología popular sigue siendo objeto de mucha controversia en los círculos académicos con respecto a su alcance, método y la importancia de sus contribuciones a la comunidad científica. Una gran parte de esta crítica proviene de la impresión predominante de que la psicología popular es una práctica primitiva reservada para los no educados y no académicos en la discusión de sus vidas cotidianas.
Existe un debate significativo sobre si la psicología popular es útil para fines académicos; específicamente, si puede ser relevante con respecto al dominio de la psicología científica. Se ha argumentado que un mecanismo utilizado para la comprensión, predicción y explicación de las acciones de los laicos no es aplicable con respecto a los requisitos del método científico.
Por el contrario, los oponentes han pedido paciencia, al ver el mecanismo empleado por los laicos para entender las acciones de los demás como importantes en su formación de bases para acciones futuras cuando se encuentran con situaciones similares. Malle y Knobe elogiaron esta sistematización de la comprensión cotidiana de la gente de la mente como una progresión inevitable hacia un campo más completo de psicología.Medin y col.
Proporcionan otra ventaja de conceptualizar la psicología popular con su Modelo de categorización de mezclas: es ventajoso ya que ayuda a predecir la acción.