Modelo de escalera
El modelo de escalera es una explicación psicológica de por qué de un gran número de personas descontentas en la sociedad, solo una minoría muy pequeña termina cometiendo actos de terrorismo. Fue propuesto en 2005 por Fathali M. Moghaddam en su artículo «La escalera al terrorismo». El modelo implica una escalera metafórica, donde cada paso está influenciado por un proceso psicológico específico.
Se propone que cuanto más alto sube un individuo por la escalera, menos alternativas a la violencia verá, lo que finalmente resultará en la destrucción de sí mismo, de otros o de ambos.
Fondo
Moghaddam observó que las variables a nivel social, como la falta de procesos democráticos, la desigualdad social, la disponibilidad de armas y los rápidos cambios demográficos, no explican por qué solo un pequeño porcentaje de personas que viven en las mismas condiciones adversas terminan cometiendo actos de violencia contra inocentes.
Objetivos. Propuso el modelo de escalera para explicar este fenómeno, describiendo el camino hacia el terrorismo como una escalera que se estrecha, y que muy pocas personas llegan a la cima.
Modelo
El modelo consta de seis pisos.
Planta baja
La planta baja está habitada por todos los miembros de la sociedad. Todos los miembros de la sociedad evalúan sus condiciones de vida en términos de equidad. Las personas permanecerán en la planta baja mientras consideren que sus condiciones de vida son justas. Los que perciben la injusticia se mueven al primer piso.
Primer piso
En el primer piso, las personas consideran sus opciones para mejorar su situación. Las personas que encuentran opciones para mejorar su situación individual e influir en los tomadores de decisiones dejan la escalera en este piso para seguir caminos no violentos. Las personas que no están satisfechas con sus opciones disponibles pasan al segundo piso.
Segundo piso
Es aquí donde los sentimientos de ira y frustración por no poder mejorar la situación provocan la búsqueda de un objetivo al que culpar. Este objetivo puede ser un oponente directo, como un gobierno, o un tercero al que se desplaza la agresión, como un grupo étnico o religioso. Las personas que están convencidas de que tienen un enemigo hacia el cual pueden dirigir su agresión, procederán al tercer piso.
Tercer piso
Las personas que llegan aquí ya se han preparado para la violencia. Estos sentimientos pueden ser capitalizados por una organización violenta que ofrece una sensación de «compromiso moral» a los posibles reclutas. Dentro de estas organizaciones, las acciones violentas contra un enemigo percibido se consideran aceptables o incluso el deber de uno.
A los reclutas potenciales se les ofrece una nueva identidad social como miembros de un grupo selectivo que busca llevar la justicia al mundo. Las personas que encuentren esta oferta atractiva pasarán al cuarto piso.
Cuarto piso
Es aquí donde se promueve el pensamiento como ‘nosotros’ versus ‘ellos’. Los reclutas se aíslan de amigos y familiares, se impone un secreto estricto y se enfatiza la legitimidad de la organización. Las personas que alcanzan este piso rara vez se retiran y salen de la escalera con vida. Se moverán al quinto piso si se presenta la oportunidad de hacerlo.
Quinto piso
Es aquí donde se lleva a cabo el acto violento. Para ser lo más efectivo posible, se debe superar cualquier inhibición sobre matar personas inocentes. Esto se hace por dos medios. La categorización enfatiza la diferenciación entre el grupo interno y externo, y el distanciamiento exagera las diferencias entre el grupo interno y el enemigo percibido.
Implicaciones
Moghaddam afirma que el modelo no es formal, sino más bien una metáfora con el propósito de proporcionar un marco general para organizar el conocimiento psicológico actual sobre el terrorismo. Sin embargo, el modelo se cita como útil para conceptualizar el proceso que resulta en que solo un pequeño número de individuos de un gran grupo de personas descontentas cometerán actos de violencia contra los inocentes.
Moghaddam afirma que no es suficiente simplemente tratar de identificar y detener a los terroristas potenciales, ya que esto solo dará lugar a que nuevas personas den un paso adelante, y en cambio propone que la única forma de terminar con el terrorismo es reformando la condición en el planta baja para que ya no sea percibido como injusto y sin esperanza por una gran parte de la sociedad.
La base empírica del modelo ha sido evaluada por un artículo en el Scandinavian Journal of Psychology. Los resultados indican que si bien la mayoría de los procesos en el modelo están respaldados por evidencia empírica, la cantidad y calidad de dicha evidencia varía. Mientras elogia el modelo de Moghaddam para enfatizar mecanismos potenciales para estudios futuros, la revisión concluye que el modelo de escalera puede no ser la metáfora correcta para resumir los fenómenos del terrorismo, citando la falta de evidencia para la transición entre los pisos, y la posibilidad de que algunos pisos y los procesos correspondientes del modelo podrían eliminarse por completo debido a la falta de evidencia empírica.