Efecto de ignorancia dichosa

En los estudios de comportamiento del consumidor, el Efecto de ignorancia dichosa es cuando no se espera que las personas que tienen buena información sobre un producto estén tan contentas con el producto como las personas que tienen menos información al respecto. Esto sucede porque la persona que compró el producto quiere sentir que ha comprado lo correcto.
Sin embargo, si la persona ya sabe cómo funciona el producto, tendrá más dificultades para justificar el producto ante sí misma si tiene algún problema.
Este efecto ilustra cómo los objetivos del consumidor cambian posteriormente después de haber realizado sus compras. Las personas anhelan información precisa y detallada en su etapa de toma de decisiones. Sin embargo, después de hacer una elección, las prioridades cambian a medida que las personas quieren estar contentas con su decisión.
Para lograr esto, la vaguedad de la información posiblemente aumenta el contenido y la aceptación de esa decisión al ocultar la imagen completa y justificar la decisión tomada.
En un experimento para probar el maravilloso efecto de la ignorancia, se crearon dos grupos y se les dio información sobre un producto. Al primer grupo se le informó sobre las afirmaciones del fabricante y se le dio una investigación de una compañía externa, al segundo grupo se le dio información mínima sobre el producto.
Al final del experimento, los sujetos fueron entrevistados y el investigador descubrió que los sujetos del segundo grupo esperaban que el producto tuviera un mejor desempeño que el primer grupo.
Fondo
El Efecto de Ignorancia Bienaventurada (BIE) involucra dos factores clave: la naturaleza de la información presentada (precisa vs vaga) y el momento en que ocurre una decisión (antes vs después). Las personas tienden a querer información precisa antes de tomar una decisión e información vaga después de que se haya tomado la decisión.
Se postula que existen procesos psicológicos subyacentes que pueden explicar esto.
La investigación sugiere que existen fundamentalmente dos objetivos que constituyen el proceso completo de toma de decisiones: objetivos de precisión, que se refieren a querer obtener la información más precisa posible, y objetivos direccionales, que se refieren a justificar en gran medida una decisión tomada para llegar a una conclusión particular.La interacción entre estos dos objetivos, teniendo en cuenta la naturaleza de la información presentada en ambas condiciones de tiempo, explica el BIE en la toma de decisiones.
Específicamente, antes de la fase de toma de decisiones, dado que el individuo aún no se ha comprometido a elegir, el objetivo es lograr un alto nivel de precisión en la información para influir en el juicio del resultado de esa decisión. En contraste, después de la fase de toma de decisiones es cuando se ha tomado la acción, lo que hace que los objetivos direccionales sean más pronunciados.
Esto significa que el individuo querría sentirse bien con la acción tomada y creer que la decisión produciría consecuencias positivas.
La ambigüedad de la información vaga permite que la información se manipule a favor del objetivo direccional, que está llegando a la conclusión deseada, lo que facilita la formación de razones justificables que respaldan este objetivo. En otras palabras, la información vaga permite al individuo amplificar los aspectos positivos y minimizar los atributos negativos de la información presentada en la fase posterior a la toma de decisiones.
Por lo tanto, a medida que el individuo cambia de objetivos de precisión a objetivos direccionales antes y después de que se haya tomado una decisión, la información vaga ayuda a generar confianza en esa decisión, que es respaldada por el BIE.
Posibles explicaciones para el maravilloso efecto de la ignorancia
Vaguedad aversión
Los resultados han demostrado que las personas intentan evitar la ambigüedad y prefieren información precisa sobre vaga. Sin embargo, la evidencia concreta de la aversión a la vaguedad solo se ha demostrado en las fases previas a la decisión, antes de que el individuo se comprometa a elegir. Cuando se proyecta en contextos posteriores a la decisión, se predice que los individuos serían igualmente reacios a la vaguedad.Esto significa que el concepto de aversión a la vaguedad solo explica el efecto primario de la naturaleza de la información (precisa frente a vaga) y no tiene en cuenta el factor tiempo (antes vs después de que se tome una decisión).
Esto es incongruente con la teoría BIE que sugiere que los individuos prefieren elegir información vaga en la fase posterior a la decisión, e información más precisa en la fase previa a la decisión, que involucra el factor tiempo además de la naturaleza de la información. Por lo tanto, la aversión a la vaguedad puede no tener en cuenta el BIE ya que el contexto temporal no se tiene en cuenta por completo.
Teoría de la
Una segunda explicación posible es la teoría de la mentalidad. Esta teoría propuso que hay dos etapas diferentes vinculadas con diversas mentalidades cognitivas que apoyan el logro de una meta por parte de un individuo. La etapa deliberativa, donde la mente considera si perseguir la meta, y la etapa de implementación, que tiene en cuenta las diversas circunstancias en la implementación de la meta seleccionada.
Las mentalidades deliberativas tienden a tener un análisis preciso e imparcial de la información que tiene como objetivo seleccionar objetivos deseables y factibles,pero solo en la fase previa a la decisión. En esta fase, el individuo da la bienvenida a todos los aspectos de la información, ejerciendo el procesamiento de información abierta.
En contraste, la mentalidad de implementación permite un análisis más sesgado de la información en la fase posterior a la decisión. Este procesamiento de información de mente cerrada significa que el individuo solo considera la información en línea con sus acciones, sin tener en cuenta toda la información irrelevante.
Como la teoría de la mentalidad muestra una interacción entre la naturaleza de la información y el factor de tiempo con el que se toma una decisión, esta proposición se alinea con el BIE que afirma que el tipo de información que un individuo está dispuesto a procesar está relacionado con la ocurrencia de esa decisión.
Por ejemplo, la preferencia por información precisa en las fases previas a la decisión y, asimismo, información vaga en las fases posteriores a la decisión. Por lo tanto,
Disonancia cognitiva
La tercera explicación posible para el BIE es usar el concepto de disonancia cognitiva. La disonancia se refiere a un estado en el que un individuo posee simultáneamente dos cogniciones que son psicológicamente inconsistentes, impulsando al individuo a reducirlo cambiando una o más cogniciones relevantes.Por ejemplo, si uno tiene cierta creencia en contraste con sus acciones que prueban lo contrario, trataría de reducir esta disonancia alterando esta creencia de acuerdo con sus acciones.
Por lo tanto, se podría predecir que la fase posterior a la decisión aumenta la disonancia a través de la posibilidad de arrepentirse de una decisión tomada de antemano. Para evitar esta disonancia, las personas tratarían de obtener la información más vaga posible después del proceso de toma de decisiones para estar contentos con esa decisión.
Sin embargo, a pesar de la evidencia que muestra la interacción entre el BIE y la teoría de la disonancia para justificar ciertas decisiones, no predice el cambio de precisión a objetivos direccionales entre las dos fases de tiempoque es el quid principal de la BIE. Por lo tanto, la teoría de la disonancia cognitiva es quizás incapaz de explicar completamente la explicación del BIE.
Autor
