Dilema de audiencia múltiple
El dilema de audiencia múltiple, también conocido como el problema de audiencia múltiple, es una situación que surge cuando una persona o grupo singular crea múltiples imágenes para presentarlas a audiencias separadas, y luego las audiencias se encuentran; creando la necesidad de personificar diferentes imágenes del mismo yo sin que otros descubran lo que está sucediendo.
Esto podría suceder al elegir actuar de una manera específica para transmitir una personalidad que coincida con las dos imágenes del yo con las que ambas audiencias están familiarizadas, como una forma de comprometer a ambas audiencias sin una o ambas.
Estudios
Un estudio realizado en 2000 proporciona información para respaldar la idea de que el dilema de múltiples audiencias es defectuoso. El estudio sugiere que la tarea de entretener a múltiples audiencias a la vez es difícil y también muestra que la mayoría de los participantes estaban más convencidos de que habían realizado un mejor trabajo de lo que realmente se representaba.
La primera parte de este estudio, una sola persona tuvo que presentarse como un animal fiestero o un nerd en una entrevista aislada con dos personas separadas y luego se le pidió que mantuviera ambas imágenes a la vez mientras era entrevistada una vez más por las mismas personas, sin revelar a ninguno de los miembros de la audiencia que el participante estaba actuando.
Luego, el miembro de la audiencia calificó lo que pensaba del participante después de ambos encuentros y las puntuaciones se compararon después. El participante hizo la tarea de retratarse a sí mismo mientras era entrevistado individualmente y en la situación, pero se desempeñaron mejor cuando solo tenían que pensar en una audiencia y cómo realmente se desempeñaron fue peor de lo que sentían que manejaban la situación.
El segundo estudio se centró en dejar que un grupo de cinco o seis personas se familiaricen entre sí al hacer que hablen con el grupo mientras responden preguntas durante cinco minutos. Una vez que todos estaban familiarizados, los participantes tenían que leer un ensayo que se les asignó y elegir una palabra clave de las cinco palabras asignadas ocultas en el ensayo, que luego deben leerse a diez o doce personas, la mitad de ellas son la composición familiar y la desconocida.
El resto del grupo. La clave de esta tarea es decirle al grupo del participante cuál es la palabra clave, sin decirle al otro grupo. El grupo familiarizado sintió que se desempeñarían mejor porque se conocían, sin embargo, los resultados mostraron cambios obvios, lo que hizo que tanto los grupos familiares como los desconocidos fueran iguales para adivinar la palabra clave.