Echoborg
Un echoborg es una persona cuyas palabras y acciones están determinadas, en todo o en parte, por una inteligencia artificial (IA).
El término «echoborg» fue acuñado por los psicólogos sociales Kevin Corti y Alex Gillespie, cuya investigación en la London School of Economics exploró encuentros sociales cara a cara sin guión entre participantes de la investigación y confederados cuyas palabras fueron secretamente suministradas por IA rudimentarias conocidas como » chat » bots «y vocalizado a través del sombreado del habla.
La idea es derivada del concepto cianoideo que se originó con Stanley Milgram.
El «método echoborg» le permite a uno investigar cómo se comportan las personas y hacer atribuciones hacia una IA (o más precisamente, un «híbrido» humano-AI) cuando su estado psicológico está totalmente preparado para la interacción humano-humano. Otras formas de interacción humano-IA (por ejemplo, conversación mediada por computadora) implican una interfaz de máquina, análogo antropomórfico o una capa de realidad virtual a través de la cual una persona se comunica con una IA, y estas formas de mediación alteran fundamentalmente la relación intersubjetiva entre el ser humano y agentes artificiales que participan en una interacción.
El concepto echoborg ha sido explorado en el arte de performance como comentario sobre la creciente ubicuidad de la IA y su contribución a la cultura humana, así como la dependencia de las personas en varios tipos de IA (por ejemplo, sistemas de navegación GPS ) para llevar a cabo tareas sociales mundanas.