Prueba de desesperación conductual
La prueba de desesperación conductual (o prueba de natación forzada de Porsolt ) es una prueba centrada en la respuesta de un roedor a la amenaza de ahogamiento, cuyo resultado se ha interpretado como una medición de la susceptibilidad al estado de ánimo negativo. Se usa comúnmente para medir la efectividad de los antidepresivos, aunque se han hecho críticas significativas a su interpretación.
Método
Los animales son sometidos a dos pruebas durante las cuales se les obliga a nadar en un cilindro de vidrio acrílico lleno de agua, y del cual no pueden escapar. La primera prueba dura 15 minutos. Luego, después de 24 horas, se realiza una segunda prueba que dura 5 minutos. Se mide el tiempo que el animal de prueba pasa en la segunda prueba sin hacer ningún movimiento más allá de los necesarios para mantener su cabeza fuera del agua.
Este tiempo de inmovilidad se ve disminuido por varios tipos de antidepresivos y también por choque electroconvulsivo. Otra variante común de esta prueba de comportamiento utilizada específicamente para ratones se realiza solo para un ensayo y dura seis minutos. Las implementaciones modernas de la prueba puntúan los comportamientos de natación y escalada por separado, porque se ha demostrado que el comportamiento de natación aumenta con los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, mientras que el comportamiento de escalada se incrementa con los inhibidores selectivos de la recaptación de noradrenalina como la desipramina y la maprotilina.
Controversia en la interpretación
Clásicamente, la inmovilidad en la segunda prueba se ha interpretado como un correlato conductual del estado de ánimo negativo, que representa un tipo de desesperanza en el animal. Los roedores que reciben antidepresivos nadan más duro y más tiempo que los controles (lo que constituye la base de las afirmaciones de la validez de la prueba).
Sin embargo, existe cierto debate entre los científicos sobre si el aumento de la inmovilidad en cambio demuestra aprendizaje o habituación, y por lo tanto sería una adaptación conductual positiva :el animal tiene menos miedo porque ahora está familiarizado con el entorno de la prueba. Esta interpretación está respaldada por el hecho de que incluso las ratas que se colocan primero en un recipiente del que pueden escapar (y, por lo tanto, no experimentan desesperación) muestran una movilidad reducida en la segunda prueba.
El término «prueba de desesperación conductual» tiene una connotación antropomórfica y es una descripción algo subjetiva, ya que es incierto si la prueba mide de manera confiable el estado de ánimo o la desesperación. Estrictamente hablando, los investigadores prefieren el término descriptivo «prueba de natación forzada».
El uso de pruebas de natación forzada es criticado por grupos de derechos de los animales, especialmente PETA.