Hedonofobia
La hedonofobia es un miedo o aversión excesiva a obtener placer. El supuesto trasfondo de algunos de estos sentimientos asociados puede deberse a un sentimiento relacionado con la igualdad, por el cual uno siente un sentido de solidaridad con las personas en los países con el Índice de Desarrollo Humano más bajo.
Para otros, un pensamiento recurrente de que algunas cosas son demasiado buenas para ser verdad ha resultado en un arraigo que no tienen derecho a sentirse demasiado bien. A veces, puede ser provocado por una educación religiosa en la que se propone el ascetismo.
La hedonofobia se define formalmente como el miedo a experimentar placer. ‘Hedon’ o ‘hedone’ proviene del griego antiguo, que significa ‘placer’ miedo: ‘fobia‘. La hedonofobia es la incapacidad de disfrutar de experiencias placenteras, y a menudo es una enfermedad persistente. El diagnóstico de la afección generalmente está relacionado con la edad de ‘madurez’ en cada país donde existe el síndrome.
Por ejemplo, en los Estados Unidos una persona debe tener 18 años para ser considerada adulta, mientras que en Canadá debe tener 18 o 19 años, dependiendo de la provincia de residencia. A nivel mundial, las edades oscilan entre (/-) 12 a 24 años y están determinadas principalmente por las prácticas éticas tradicionales de sociedades anteriores..
La ansiedad elevada, los ataques de pánico y el miedo extremo son síntomas que pueden resultar de anticipar cualquier tipo de placer. Esperar o anticipar el placer en algún momento en el futuro también puede desencadenar un ataque.
Los hedonofóbicos tienen un tipo de culpa por sentir placer o experimentar sensaciones placenteras, debido a un trasfondo cultural o entrenamiento (ya sea religioso o cultural) que evita las actividades placenteras como frívolas o inapropiadas. A menudo, la culpa social está conectada a divertirse mientras otros sufren, y es común para aquellos que se sienten indignos o tienen problemas de autoestima para resolverlos.
Además, existe la sensación de que no se les debe dar placeres debido a su falta de rendimiento en la vida, y porque han hecho cosas que se consideran «incorrectas» o «no merecedoras».
Para determinar la profundidad del diagnóstico para aquellos que sufren de hedonofobia, los antecedentes son cruciales. Por ejemplo, cuando a un niño se le enseña que una fuerte ética de trabajo es todo lo que lo hace digno de las cosas buenas de la vida, la culpa se convierte en un motivador para alejarse del placer cuando comienza a experimentarlo.
El individuo aprende que los placeres son malos, y sentirse bien no está tan santificado como ser empático con los que sufren.
La TCC ( terapia conductual cognitiva ) es un enfoque eficaz para la resolución de creencias pasadas que se infiltran y afectan las respuestas actuales de la víctima a diversas situaciones. La medicación solo es necesaria cuando hay una interferencia en el funcionamiento diario normal de la persona.
Los afectados por la afección utilizan diversas técnicas para ocultar, camuflar o enmascarar su aversión al placer.
Cualquier relación que incluye cosas que son placenteras se restablece cuando el paciente se da cuenta de que no es digno de nada placentero, o que solo merece lo contrario de aquellas cosas que son placenteras. Es necesaria una desconexión para determinar la falta de capacidad del paciente para intervenir en el proceso general.